8 de agosto de 2012

Cada uno debe empezar a dar de sí todo lo que pueda dar, y aún más. Solo así construiremos la Argentina que deseamos, no para nosotros, sino para los que vendrán después, para nuestros hijos, para los argentinos de mañana. Evita


Memoria, verdad y justicia

Pablo Javier Gaona Miranda es el nieto 106








CULTURA & ESPECTACULOS

Un romántico indignado

Por Cristian Vitale
ISMAEL SERRANO
El cantautor madrileño que conquistó corazones con sus canciones de amor se ha destacado además por su compromiso político. Muestra su perplejidad y escepticismo respecto de la crisis española y señala: “Quizá debiéramos aprender de los argentinos esa capacidad de levantar la mirada y recuperar la autoestima”. Acaba de llegar, agrega, “a una Argentina que está viviendo una etapa de crecimiento sin parangón”.                                                                                                                                             


Un argentino del mundo en el corazón de Nueva York

Novedades desde “Ciudad Nube”

Por Fabián Lebenglik
Cruces entre arte, arquitectura y ciencia en la obra que el argentino Tomás Saraceno está exponiendo en estos días en el Museo Metropolitano de Nueva York, uno de los más importantes museos del mundo.




Universidad › Entrevista a Michael Burawoy, presidente de la Asociación Internacional de Sociología

“Tenemos que repensar la universidad”

Burawoy sostiene que, a nivel global, la universidad parece “haber dejado de ser un bien público para pasar a ser un bien privado que debe financiarse a sí mismo”, por lo que pierde legitimidad. Valora como “único en el mundo” al sistema público argentino.



 Charla con Daniela Pelegrinelli, especialista en juguetes, autora del primer diccionario de su industria en Argentina y flamante directora del museo especializado en San Isidro.  Por Luján Cambariere

 –¿Hitos de la industria argentina del juguete? 

–La industria argentina de juguetes tiene dos momentos potentes: uno es, por supuesto, la política de repartos masivos del gobierno peronista, con consecuencias tanto para la industria como para la infancia. El otro es el período de explosión de los nuevos materiales plásticos, que permitieron en todo el mundo, y acá también, alcanzar niveles masivos de producción y mayor excelencia en los productos. Ambos momentos coinciden con modos de concebir la crianza y la educación infantil, con los discursos y las concepciones sobre los niños, que encuentran correlato en los juguetes que se fabricaban y estaban disponibles. No se puede pensar en la irrupción de las teorías de manipulación de objetos, o mayor libertad en el uso, sin la existencia del plástico y sus posibilidades de resistencia y durabilidad.


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