11 de junio de 2012

La Escuela Pública. Por Susana Fihman

En relación a la mentada elección de la Escuela Privada, debido a que la Escuela Pública ya no es lo que era.





Y no.

No es lo que era.

Si la Escuela fuera lo que era, o lo que sería si fuera lo que no es ¿qué sería?

Una Escuela aséptica, al margen de la historia.

Donde lo social económico político no la hubiese siquiera rozado.

Pero no. La impregnó. La perforó.

Se irá fortaleciendo y jerarquizando fundamentalmente; muy fundamentalmente, porque existe esa voluntad en muchos, y esos muchos trabajan, piensan, estudian, están, y kontienen.

Se necesita una profunda revisión de la estructura del sistema educativo escolar, en tanto sostén, y los contenidos alojados en él.

Ahora, el desprestigio TAMBIÈN tiene que ver con la impresionante cantidad de niños, niñas que antes no participaban del espacio Escuela Pública.


Muchos, muchísimos excluidos, marginales absolutos producidos por diferentes “procesos”, han ingresado al sistema.


Obviamente la Escuela Pública, con sus docentes se han ocupado, se ocupan, y en un amplio abanico de diferencias en mayor o menor medida, se recontra hacen cargo de sus problemáticas y las de sus familias, las físicas, las psicológicas, las judiciales.


Y también de la Educación, en cuanto competencia de la Escuela.


¿Alguien puede creer que es lo mismo atender todas esas situaciones, más las que hacen a la “Educación según la escuela prestigiada”, que atender sólo lo que hace al diseño escolar?


Por suerte, la Escuela Pública atiende estas problemáticas.


Por suerte, las toma como primera necesidad.


Y lo hace para todos.


O acaso no es fundamental que la Escuela Pública enseñe a convivir, a importarle el otro.


O acaso, no es sumamente positivo que procure integración, respeto por la diversidad.


Pero no a través de cartulinas de colores con palabras pegadas muy prolijas: igualdad, respeto, diversidad, etc. Etc. Etc.


Porque una cosa son las cartulinas de colores con palabras que adornan y sientan bien, y otra muy distinta, es ejercerlas en la convivencia.


Y entonces


¿No será que un sector de la clase media huye despavorido de la Escuela Pública también porque “Ya no es lo que era”?


Primero vinieron por la Política; el desprestigio de la y los políticos;


y no pudieron por que la política se hizo cada vez más política.


La Escuela Pública se fortalecerá con más política de inclusión aún,


en una construcción para más.


Y esto también es redistribución de la riqueza.


Circunscribir a los docentes méritos o fracasos de la Escuela Pública es un reduccionismo.


Susana Fihman


Docente nivel primario - docente adultos - profesora de teatro – teatrista – miembro de la Comisión de Educacion de CARTA ABIERTA


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Expresarse con libertad es nuestro anhelo y objetivo